Rocío Jurado desconfió de Amador Mohedano y le encargó a su albacea, Ana Iglesias, un seguimiento de sus cuentas
Los años de silencio de Rocío Carrasco han favorecido a muchas personas, entre ellas, a su tío Amador Mohedano. Sin embargo, parece que después de tanto tiempo la verdad va saliendo a la luz. En el episodio 0 de ‘En el nombre de Rocío’, la nueva docuserie de Carrasco, se desvela que Rocío Jurado le pidió a Ana Iglesias, albacea y amiga íntima, que estudiara los sobrecostes que había en sus cuentas.
Iglesias desgrana en una carta de su puño y letra que la cantante sospechó que había algún tipo de irregularidades en su actividad económica: “Tu madre empezó a notar que las cosas no se llevaban bien, al enterarse de que muchos pagos se hacían con recargos por ser pagados fuera de plazo y me pidió que estudiara el funcionamiento de la actividad. Redacté unos informes”, le explicó a la hija de la chipionera.