“Siempre he sentido que esta es mi casa. Adónde voy a ir si todo lo que me apetece hacer lo tengo aquí”. Así de claro es Jesús Vázquez al hablar de Mediaset España. Aunque tuvo escarceos con Antena 3 y las autonómicas en la segunda mitad de los noventa, Telecinco (y Cuatro, en su defecto) ha sido la casa del presentador gallego desde que comenzase su carrera televisiva. Una carrera a la que se suma ahora Desnudos por la vida.
Con ¡Allá tú! pendiente de lanzar su segunda remesa de entregas, y con Bailando con las estrellas en el horizonte, Vázquez se pone a los mandos de este docurreality producido por Secuoya que adapta el formato británico The Real Full Monty, en el que deberán aprender a realizar complejos números de striptease. Eso sí, por una buena causa: concienciar sobre la importancia de detección del cáncer de mama y próstata, a través de la pérdida del miedo a la exposición.
Samanta Villar, Pablo Carbonell, Nicolás Coronado, Bosco Martínez-Bordiú, Damián Quintero, Ramón Freixa, Marisa Jara, Soraya Arnelas, Laura Matamoros, Anabel Pantoja, Cristóbal Soria y Jenny Llada conforman el casting de este programa, que busca enseñar que “todos los cuerpos son buenos” y donde “aunque el objetivo no era buscar el conflicto, lo ha habido”, apunta el maestro de ceremonias.
Este, con contrato de larga duración con Mediaset, exhibe al hablar su fidelidad con el grupo. Ya cuando estrenó el remodelado ¡Allá tú! fue claro al manifestar que no había “tenido ninguna tentación de buscar cosas en otros sitios”. Ahora, se muestra reforzado en esta nueva etapa, en pleno proceso de cambio de ciclo. “He tenido la inmensa suerte de que Mediaset ha ido adquiriendo todos los formatos que yo he querido hacer”, asegura. “Había miles de formatos que yo veía fuera y pensaba que, si los presentara, ya me podría retirar. De momento, aquí sigo. Será también porque doy pocos problemas a mis jefes e intento ser buen compañero”.
Según se nos ha adelantado, al final te desnudas con ellos, ¿les ha costado convencerte o te daba envidia?
No, envidia no (ríe). No es esa la palabra. Fue por empatía, por simpatía, por cariño y por agradecimiento, porque ellos han sido muy generosos. Lo diré una y otra vez: no es lo mismo cambiarte en el vestuario del gimnasio o estar en la playa en bañador o en topless, que subirte a un escenario con un montón de gente y despelotarte. Y hacerlo sincronizando una coreografía y quitándote la ropa con gracia. Todo eso al mismo tiempo cuando, como les pasa a algunos, no tienes ni puñetera idea de dar dos pasos seguidos. Para ellos ha sido un desafío muy grande. Si te pones un tanga, hace gracia; si te pones un tanga, te subes a un escenario y todo el mundo mira qué hay debajo del tanga, eso ya no tiene ninguna gracia.
Me causó tanta admiración esa valentía que, al acabar la jornada de grabación, les dije: ‘ahora el que se va a desnudar soy yo’.
¿Qué ha costado más, que se quitaran la ropa o que se desnudaran por dentro?
Desde el principio les rodeamos de cariño, les arropamos para que se sintieran bien aunque las situaciones fueran incómodas, y eso ha hecho que al hablar del cáncer, como todos conocemos alguna historia que nos ha arañado el corazón, saliera con mucha facilidad la parte emocional. Creo que lo más difícil ha sido que aprendieran a bailar y a desnudarse con gracia.
El perfil de los concursantes es muy diverso y hay gente con cuerpos no normativos y personas de diversas edades.
Tenemos desde chavales como Bosco o Nicolás, que son críos, hasta gente de 70 años. Y tenemos cuerpos como el de Damián, que es una escultura griega, y otros como el de Pablo, que él mismo aplaude su cuerpo sin pudor. Lo que enseña el programa es que todos los cuerpos son buenos y tenemos que estar con el cuerpo que tengamos. Si te apetece cuidarte o eres deportista, pues está muy bien; si no, no pasa nada.
Dices que esto es algo totalmente diferente a lo que has hecho en los últimos 33 años. ¿Qué tiene de novedoso?
Mezcla muchas cosas: televisión y realidad, tiene compromiso social, humor, espectáculo, emoción, diversión y la superación de un reto. Juntar todo eso en un programa, ha sido totalmente nuevo para mí. Luego volveré a hacer otras cosas y me hará mucha ilusión: ahora volvemos a grabar ¡Allá tú! y se ha desvelado que vamos a bailar en un talent más clásico [se refiere a Bailando con las estrellas, tal y como adelantó en exclusiva verTele].
Fuiste el primer hombre que se desnudó en Interviú.
Fui el primero y lo hice por una buena causa. Les pedí mucha pasta y me la dieron. Tuvo mucho éxito y destiné todo el importe íntegro de lo que me pagaron a ACNUR, de la que soy embajador, para proyectos que se estaban haciendo en los campos de refugiados en Somalia. Estábamos haciendo escuelas y necesitábamos pasta porque la situación era muy dramática. No se ha resuelto la situación en la frontera de Somalia con Kenia y no se va a resolver porque Somalia es un estado fracasado. Cientos de miles de personas malviven en el desierto. Me hice el desnudo, llegó el dinero e hicimos las escuelas. A veces, desnudarse es maravilloso.